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INTRODUCCIÓN A UNA TEOLOGÍA PENTECOSTAL DEL LIDERAZGO

Actualizado: 25 jul 2018




Tema 3 Sobre La Iglesia Autóctona

Para entender éste tema, es preciso partir y aceptar una premisa fundamental:


“En cualquier país se debe dejar el gobierno y desenvolvimiento de la iglesia en manos de los líderes nacionales”.



Todo obrero involucrado en misiones foráneas debe comprender que tales líderes nativos o criollos son regalos que Dios da para su Iglesia en dichos lugares (Efesios 4:11-13). Sin la presencia de dichas personas, la congregación no puede considerarse “autóctona”. Es precisamente en éste punto donde se ha observado que mucho trabajo misionero por parte de varias organizaciones misioneras cristianas evangélicas han fracasado.


Tener un meta clara es importante; es necesario preguntarse ¿a dónde se quiere llegar?. En éste sentido, puede decirse que el objetivo de todo trabajo o proyecto misionero debería ser desarrollar la iglesia nacional criolla, en lugar de fortalecer la presencia misionera. Para cualquier ministerio que se pretenda echar a andar en cualquier país, es necesario llegar con el propósito de proveer liderazgo para la iglesia nacional y para dichos ministerios, cuales quiera que éstos fueran. Tomar a alguien nativo sólo para que sea un “ayudante del misionero” o "empleado del misionero" nada más, es tener una visión muy corta y errónea.


Al responder a la pregunta ¿Qué es lo que deseamos? Debe hacerse una lista que debería incluir los siguientes aspectos:

  1. El programa de preparación de obreros debería apuntar a la formación de iglesias llenas del Espíritu Santo y con celo evangelizador. A propósito, un creyente si está bautizado con el Espíritu Santo y vive en esa llenura, tendrá celo evangelizador y misionero, si no lo tiene, entonces no ha sido bautizado con el Espíritu Santo; y si lo fue alguna vez y no apoya misiones ni la evangelización, entonces ya no vive en esa llenura del Espíritu Santo.

  2. El objetivo inmediato debería ser la preparación de obreros laicos ( Un Laico es aquel fiel que no es miembro del clero; es decir, aquel creyente que no es un clérigo. En otras palabras es alguien que no tiene nada que ver con el pastorado o credenciales como ministro. El conjunto de los laicos de la Iglesia se conoce como laicado); así como de obreros a tiempo completo. Ésto debe hacerse para proveer un liderazgo a un programa de evangelización expansiva y cuidar de las nuevas iglesias que nacerán como obvio resultado.

  3. El programa a largo plazo demanda la preparación de líderes espirituales en todas las áreas de ministerio, de tal forma que sea capaces de implementar un programa de iglesia autóctona bien estructurado y definido.

Como creyentes, alabamos a Dios por los resultados obtenidos en el desarrollo de la misión de Dios. Sin embargo existen algunos hechos, para nada halagadores, a los cuáles debemos enfrentar y no ignorar:

  1. Muchas iglesias que se han fundado no tienen entusiasmo por la tarea evangelizadora del reino de Dios.

  2. Muchos de los pastores y obreros preparados por la misión no se han mostrado como agentes eficaces de evangelización ni han manifestado verdadero liderazgo espiritual. Carecen de iniciativa propia, dependen demasiado de las ayudas financieras y la dirección del cuerpo misionero.

  3. Algunos obreros creen que después de haber estudiado, comenzar una obra en áreas rurales les sería tarea de nivel inferior.

Es todo un desafío el ser conservadores en la teología y no quedarse lejos del modelo neotestamentario en la práctica. Tal modelo del Nuevo Testamento es flexible y deja espacio para la dirección del Espíritu Santo, el Dueño y Señor de la Mies.


Algunas prácticas sugeridas para atender al desafío de preparar líderazgo autóctono empoderado en el Espíritu Santo son las siguientes:

1.- Proveer para el desarrollo espiritual de nuestros obreros potenciales, así como para su desarrollo intelectual.

2.- Integrar nuestro programa de preparación con la iglesia nacional. Dicho proceso de formación debería estar sincronizado con el ritmo de la iglesia del país; de tal manera que satisfaga las necesidades de dicha iglesia.

3.- Los obreros deberían ser preparados para la tarea, no para ser alejados de ella. De lo contrario solamente estaremos formando lo que yo llamo "cristianos de vivero". El enfoque del Nuevo Testamento va más en linea con la preparación en el campo mismo.

4.- Proveer preparación para la iglesia en su totalidad y no sólo para aquellos pocos que se consagrarán a tiempo completo en el ministerio. En dicha preparación e debe llenar ese vacío artificial que parece existir entre el clero y el laicado. Jamás se debe perder de vista que la iglesia toda funciona como el Cuerpo de Cristo, con cada creyente cumpliendo con su función, de acuerdo a sus dones y su ministerio.

5.- No se debe descuidar a los convertidos de edad más adulta. En los tiempos del Nuevo Testamento, la iglesia hizo uso de los elementos más maduros entre los convertidos y éstos llegaron a ser dirigentes confiables.

6.- Adaptar la preparación bíblica a cada lugar.

7.- Desarrollar períodos cortos de estudio. Mucho más si se está plantando un congregación nueva en países del llamado "tercer mundo".

8.- Mantener una constante formación de todos los maestros y de los líderes de la naciente congregación.

9.- Evitar pasar por alto al liderazgo nacional del país donde se ministra.

Día de limpieza con los estudiantes del Instituto Bíblico de la ciudad de Malabo en Guinea Ecuatorial. Dejando Limpias las instalaciones del Seminario Teológico Central.
Formando Siervos Líderes en Guinea Ecuatorial.




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