LOS PRINCIPIOS DE LA IGLESIA AUTÓCTONA
- Francisco Osorio
- 12 mar 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 25 jul 2018
Conociendo lo que hace a una Iglesia Local ser Verdaderamente Autóctona.
EL AUTOGOBIERNO
Significa preparar hombres y mujeres convertidos al evangelio dentro de sus filas para ser pastores y líderes de las iglesias locales. De la misma manera elige hombres capacitados y llenos del Espíritu Santo para que dirijan la obra nacional en todos los niveles de la organización eclesiástica.
LA AUTOPROPAGACIÓN
Desde sus orígenes, Las Asambleas de Dios tuvo la visión de tener la fuerza y la vitalidad en todos los aspectos para propagarse a sí misma. Por ellos se ha extendido en muchos países, incluyendo el nuestro. Esta expansión ha sido posible gracias al poder de Dios manifestado en el trabajo misionero y evangelizador que en los años de su existencia ha llevado a cabo en El Salvador y en varios países del mundo. Aproximadamente más de 67 millones de asambleístas en todo el mundo dan testimonio del resultado de esta visión (Datos que a éstas alturas van en aumento).
EL AUTOSOSTENIMIENTO
Para este fin se enseña a los nuevos convertidos sobre el involucrarse y el cumplimiento de su mayordomía financiera para dar a Dios sus diezmos, ofrendas, primicias y todos los recursos necesarios, y así no depender de la ayuda del extranjero para sufragar los gastos de la obra nacional.
Dicha identidad lleva exitosa mente a las congregaciones locales a ser una iglesia nacional o criolla (autóctona), es decir, del país donde se establece. Pero es válido aclarar que somos una iglesia nacional, no nacionalista, en el sentido de que sólo los salvadoreños pueden disfrutar de sus servicios y participar de sus actividades y los extranjeros quedan excluidos. Nos referimos más bien a que la iglesia no debe depender del extranjero en cuanto a su sostenimiento financiero, ministros de culto y liderazgo.
LA DOCTRINA
La doctrina es pentecostal. Históricamente se ha enfatizado en la predicación estos cuatro fundamentos: Cristo salva, Cristo sana, Cristo bautiza y Cristo viene pronto.
La declaración de fe de las Asambleas de Dios consta de las siguientes 16 puntos doctrinales: La inspiración de las Escrituras, el Dios único y verdadero, el hombre su caída y redención, la salvación del hombre, la santificación del creyente, el bautismo en el Espíritu Santo, la sanidad divina, la Iglesia, la mayordomía financiera, el arrebatamiento de la iglesia, la segunda venida de Cristo, el milenio, el juicio final de los incrédulos, cielos nuevos y tierra nueva, el bautismo en agua y la Santa Cena del Señor. Asimismo se desaprueba toda doctrina errónea, −por muy popular que sea− que no se fundamente en la Palabra de Dios, La Biblia.
LA ADORACIÓN
Nuestra adoración es pentecostal, espontánea, profunda, y fervorosa. Se procura que en todos los eventos litúrgicos la adoración sea en espíritu y en verdad (Juan 4:23).
EL GOBIERNO ECLESIÁSTICO
Nos constituimos en La Corporación Evangélica de las Asambleas de Dios, compuesto por ministros e iglesias locales de fe pentecostés, con un sistema de gobierno congregacional y ministerial. Como Conferencia o Corporación religiosa, nuestro propósito primordial es reconocer y alentar los métodos escriturales de adoración, unidad, compañerismo, gobierno, obra y negocios de Dios.
Nuestra línea de autoridad está establecida en nuestros estatutos de gobierno y en absoluto apego a los principios bíblicos sobre gobierno eclesiástico. En ese orden todos los funcionarios de la Corporación, pastores y ministros están sujetos a una autoridad superior establecida en las instancias respectivas, tanto a nivel local como distrital, regional, zonal o nacional. Nadie es independiente o absoluto.
La asamblea plenaria de la iglesia constituye la autoridad máxima para los asuntos internos de la misma. El pastor es el presidente de la Iglesia con las facultades y deberes que le confieren nuestros estatutos y el reglamento local.
El Presbítero de distrito es la autoridad más cercana al pastor. El Presbítero de distrito trabaja bajo la autoridad del Presbítero Ejecutivo de Zona. Éste a su vez, está sujeto a la autoridad del Superintendente General. Las facultades y deberes de cada miembro de la Directiva de Distrito están descritas en la Constitución del Concilio.
Todos los funcionarios del Distrito rinden informe de sus actividades ante la Convención o sesión de Distrito. El ejecutivo nacional está constituido por un Presidente (Superintendente), un Vice-presidente (Vice-superintendente), el Secretario y el Tesorero General, los Presbíteros de zona, El Director de Educación Cristiana y Director del Instituto Bíblico Central, así como de un Misionero Consejero. Sus facultades y deberes están establecidos en los Estatutos de la Corporación.
Todos estos funcionarios rendirán informe de sus actividades ante la Asamblea general, la cual constituye la voz suprema. Como podemos observar, en este orden de autoridad ningún funcionario es autónomo, pues todos están sujetos a sus autoridades inmediatas.
Nuestros líderes en todos los niveles de nuestra organización son electos por el voto de sus respectivas asambleas. Creemos que en las elecciones se manifiesta la voluntad del pueblo pero también la de Dios. Tal como sucedió en el primer concilio en la iglesia de Jerusalén, al tomar importantes decisiones nosotros también podemos decir: …ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros (Hechos 15:28). De esta manera nuestras elecciones se realizan de manera democrática y teocrática.
CONCLUSIÓN
Las Asambleas de Dios han sido una institución eclesiástica que a través de los años han evolucionado horizontal y verticalmente. Nos referimos a su estructuración geográfica así como a la multiplicación de sus funcionarios en los diferentes niveles administrativos. Tal desarrollo no ha sido casualidad, es producto de hombres entregados, leales a la organización y con su identidad eclesiástica bien definida. Pero sobre todo, es el resultado de la gracia, la providencia y el poder de Dios que se han manifestado en esta noble institución a lo largo de los años.
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